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Reflexiones sobre la Predicación en la Orden

Un gran experiencia: Cambio abrazos por Conocimiento

A comienzos del mes de Mayo, tuvimos la oportunidad de llevar a cabo una experiencia pastoral y catequética salida del rumbo normal de nuestra vida de Novicios. Desde la clase de Liturgia de la Orden Dominicana, se nos propuso innovar en las formas de predicar a nuestros hermanos, los habitantes de Chiquinquirá. Para ello, basados en la temática de la predicación, elaboramos vayas publicitarias, con imágenes, logotipos y eslogans dirigidos a llamar la atención del transeúnte común y corriente. lógicamente tuvimos que salir a la calle y lograr el encuentro con la comunidad. Nuestra gran excusa para predicar fue nuestro sugestivo eslogan: "Cambio abrazos por Conocimiento", la idea fue sencilla, quieres saber qué es predicar? o qué es un Predicador?, o quizás, Cuales son las formas y lugares para predicar?, pues bien, si las personas querían conocer las respuestas a estos interrogantes, debían acercarse a nosotros y brindarnos un gran abrazo.

Para nosotros la sorpresa fue mayúscula, pues la reacción de la gente fue de total apretura, niños, jóvenes, adultos, mujeres, hombres, adultos mayores, se nos acercaron, nos escucharon y nos acogieron entre sus brazos con cariño, confianza y afecto, permitiendo de esta manera que nuestra labor predicadora fuera un rotundo éxito.


Personalmente, sentía que al abrazar a cada persona, abrazaba la realidad de mi país. Abrazar a un niño, podría significar, para él, un gran apoyo, tal vez estaba abrazando a miles de niños que han sido maltratados por la violencia de la guerra, por los golpes de padres o madres intolerantes, por el insulto de sus compañeros o por las injusticias que aún se viven en nuestro país como la pobreza extrema.


De igual forma, al abrazar  a una mujer, quizás estaba abrazando a miles de mujeres que en nuestro país sufren la humillación de sus empleadores, el maltrato físico de sus parejas, el abandono de sus esposos, la indiferencia de sus hijos, o el flagelo de la prostitución. Al abrazar a un joven, tal vez estaba abrazando a esos miles de jóvenes colombianos que se dejan atrapar en el vicio de la droga y el alcohol, que venden sus cuerpos por lograr un mejor estatus social, o que sufren el abandono de sus padres y las influencias negativas del mundo de los medios de comunicación.

Finalmente, al abrazar a un adulto mayor, quizás estaba abrazando a ese abuelo o abuela que fue abandonado por sus hijos y por el estado, a ese ser donde se encarna la experiencia de toda una vida y que con nuestra mirada indiferente los vemos caminar por una calle, buscando llegar a su casa, en el caso que la tenga, para ser recibido por quien?, Dios sabe hace cuanto tiempo esta persona no había recibido un abrazo de alguien. Esta puede ser  la realidad que hoy viven miles y miles de colombianos, que se enfrentan a una sociedad que no brinda mayores garantías estatales como ofrecimiento de una vida digna, que al mirar hacia propio horizonte puedan vislumbrar una esperanza de vida.

Por todo ello, quiero agradecer a Dios, a la Orden de Predicadores, en la persona del Padre Socio, Fray Nestor Rojas Higuera, por abrirnos las puertas de la mente y del corazón para predicar a Jesús, para entender que la realidad del mundo y de nuestro país debe convertirse en la materia prima de nuestra labor.

Fray Juank Triana.